Los clientes del Lord Burton, en High Street, se sobresaltaron y se vieron obligados a protegerse detrás de la barra ante la lluvia de bebidas, vasos y sillas.
Un cliente, Peter Crockford, fue golpeado en la cabeza con una silla mientras un miembro del personal del pub, Robert Winterton, describió lo dantesca y aterradora de la situación vivida.
Fiona Cortese dijo que entre el grupo de hinchas del Rotherham uno de los cabecillas era Connor Turford.
Este fue capturado por las cámaras de CCTV amenazando a los clientes y dirigiendo a un grupo de hooligans hacia la zona donde se encontraban los hinchas locales. También se le ve sosteniendo una silla.
Turford, 19 años, quien admitió un cargo de riña tumultuaria, se le impuso unos trabajos a la comunidad de 12 meses con 180 horas de trabajo comunitario no remunerado y los costos de £ 250.
El presidente del tribunal le dijo al acusado: "Espero que usted está de acuerdo conmigo en que cuando nos fijamos en lo que estaba pasando en ese pub, los actos que se producen sólo pueden ser descritos como un comportamiento totalmente inapropiado realizado por hombres borrachos. Usted era el cabecilla pero estaba ayudando y mucho a crear esa atmósfera no estaba en la vanguardia, pero estaba ayudando y mucho a crear esa atmósfera aterradora ".
Sin embargo, el juez decidió no imponer una orden de prohibición de entrada a los estadios, porque no tenía antecedentes por hechos similares.
Segun resulto privado en la Corte de Stafford Crown Court los aficionados visitantes entraron en el pub a la vuelta 13:00 el 9 de febrero del año pasado.
Inicialmente, el ambiente era de tranquilidad, pero luego los aficionados del Rotherham comenzaron a cantar a otro grupo que se encontraba sentado en una zona elevada y el estado de ánimo cambió a 'muy hostil'.
Los aficionados del Rotherham subieron en busca de los hinchas 'locales' y la violencia estalló. Los clientes se intentaron escapar y llegaron a protegerse detrás de la barra.
Cuando la policía llegó se encontraron bebidas, vasos y sillas que eran lanzados contra todo lo que se movía, mientras que los clientes normales lo único que podían hacer era intentar protegerse ante semejante locura.
El acusado, hincha del Rotherham, no fue detenido hasta el 13 de agosto y, después de haber mostrado las imágenes de circuito cerrado de televisión, dijo a los oficiales que había bebido siete botellas de alcohol.
Robert Sandford, abogado de la defensa, dijo: "Fue, una pelea de las muchas que se producen en un pub. Mi cliente no encabezo la refriega y no se le ha visto lanzar ninguna botella ni dar ningún golpe a nadie".
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