Tras el post de las últimas fechas y tras una conversación con un conocido que me discutía algunas de las opiniones que plasmábamos en la entrada, le convencía para que el me contara su "historia" con los blues del south London.
Comienza contándonos que a pesar de que el Millwall es el equipo número 41 en el ranking inglés, su afición es la más conocida de todo el fútbol británico y no precisamente por su fair play. Cuando tu hablas de la hinchada del Millwall, sólo puedes resaltar incidentes y cierres de su estadio. Esta fama unida a que el equipo representa a una de las zonas más deprimidas y problemáticas de Londres, nos da como resultado que los seguidores de este equipo se muestren orgullosos de lo que son y de lo que representan.
Uno de los muchos libros sobre fútbol británico que descansan sobre mi estanteria es una colección de 1000 frases históricas. He elegido esta. Es sobre un informe de la Inteligencia Nacional contra el crimen de Inglaterra. Data de 2001, momentos antes de un partido ante el Bristol. “A las 6.45 horas, los hinchas del Millwall fueron debidamente escoltados hasta el campo. Al pasar por un pub (public house), surgieron unos cuarenta tipos que iniciaron una lluvia de botellas de vidrio y monedas. Reventaron las ventanas del pub. De repente se pararon. Ambos grupos se habían equivocado. Pensaron que el “adversario” lo componían supporters del Bristol Rovers. En realidad, eran todos del Millwall”.
Creo que puede quedar muy largo si entro al detalle, pero comentar creo que merece la pena resaltar dos anécdotas que hemos escuchado en torno al Millwall. En los años setenta, se hizo famoso un partido disputado en el antiguo Stamford Bridge, Chelsea vs Millwall, sin nada en juego más que tres puntos. 1 muerto y 37 heridos. En el último Chelsea Millwall medio centenar de policías y tres docenas DE CABALLOS! fueron heridos.
Otra de las anécdotas que nos cuentan es cuando en 2004, el Milwall alcanzó su única final de FA CUP, ante el Manchester United. Escenas de violencia dignas de película, o no, porque la realidad superó a la ficción (ganó el United, por cierto). Hace todavía menos , nos viene a la memoria cómo en mitad de un West Ham vs Millwall de la Carling Cup (una competición que ni siquiera da acceso a Europa), los hinchas del Millwall y del West Ham invadieron el campo, empezaron a pelearse en medio del partido, y colapsaron Londres. Su rivalidad con el West Ham viene de casi un siglo atrás, se contextualiza en las guerras sindicales de Londres, y ha dado lugar a libros y películas.
Pero lo que nos cuentan es que no podemos entender la historia de una afición que se muestra orgullosa de ser considerada "la más sangrienta" de las islas. Vamos a los inicios. El Mllwall nació en 1885, nació en el sureste de Londres.
Es un equipo de origen escocés, ya que lo fundaron los “currelas” del astillero astillero “JT Morton”. Un astillero con origen en Aberdeen que atrajo trabajadores, no solo de Escocia sino de todo el país. Su estadio se renovó en 1993, el New Den, pero The Den, el original, lo diseñó, cómo no, Archibald Leicht, arquitecto de Ibrox Park, Anfield, White Hart Lane, y así hasta 50 estadios míticos.
En los años 40, en plena segunda guerra mundial, el Milwall sufrió de lo lindo. Fue uno de los equipos que más muertos registró entre sus miembros, y para colmo, las bombas alemanas se cargaron el estadio. Se derrumbó todo un graderío. Antes de la guerra, el Milwall era una máquina de hacer fútbol. Después, perdió mucho punch hasta que resurgió en los años sesenta.
Hay que destacar que su rivalidad con el West Ham, también de Londres, es de las más míticas, si no la más importante, del mundo de las gradas británicas.
Los Hammers (Wham) son apodados “The hamsters” por el Millwall, a quien sus acérrimos enemigos llaman “los dulces gatitos” en lugar de los leones.
Pero por partes.
Todo comenzó en 1885. Por un lado estaban los “dockers” o seguidores del Millwall (estribador, astillero) y por otro los “shipbuilders” o aficionados delWest Ham (constructores de buques).La depresión económica de la época hizo que empleados de ambos bandos se enfrentasen por dinero. Los “dockers” decidieron irse a New Cross, el astillero de Millwall, mientras que el resto de astilleros se escandalizaron (en su mayoría ocupados por seguidores del West Ham). Esto provocó una gran tensión. En aquella época ambos equipos contaban con una masa social similar, cifrada en unos treinta o cuarenta mil seguidores.
En la década de los ’60 comenzó a incrementarse la violencia en el fútbol inglés y fue un partido amistoso, en el homenaje a Harry Cripps (ex jugador de ambos equipos) en el campo del Milwall, cuando sus aficionados creyeron que era el momento perfecto para saldar viejas deudas.
Comenzaron las discusiones y terminó siendo uno de los momentos más violentos que se habían visto hasta entonces entre estas aficiones y en todo el fútbol inglés. En el siguiente enfrentamiento en Liga, estos actos aumentaron y acabaron con muertes en ambos bandos que nunca han podido olvidar las dos aficiones. Desde entonces no han parado los enfrentamientos. Así se forjó la rivalidad entre dos de las aficiones más duras y fieles de Inglaterra.
El último enfrentamiento con graves consecuencias había sido en 1978, pelea que se saldó con 70 detenidos. Y desde 2005 no se enfrentaban en un partido oficial. Pero el año pasado volvió el escándalo, y se saldó con un muerto y muchos heridos.
No es nada descabellado, créanme, que el Milwall llegue a jugar en la Premier. Yo creo que las autoridades tanto policiales como políticas rezan para que ese día nunca llegue.
Por cierto, no puedo ocultar mis simpatías por el Millwall. Y no soy el único. Daniel Day Lewis (el actod de En el nombre del padre entre otras), el campeón de los pesos pesados David Haye (verán pocos boxeadores de color sin tatuajes, éste es uno de ellos), o Gary Oldman entre otros.
Al margen de la rivalidad con el West Ham, el Milwall se lleva a rabiar con otros equipos. Y ojo, que militan en Segunda (la Championship) con lo cual aguarden noticias. Se trata de Crystal Palace y del Charlton (ambos londinenses).
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